La canción fue grabada en diferentes estudios de Monterrey, México y finalizó con la coproducción de Sergio Acosta Russek, guitarrista de Zoé, quien también colabora en los teclados de la canción.
Para esta canción Maurizio Terracina y Sergio Acosta buscaron un sonido distinto al de los sencillos anteriores, alejándose de guitarras distorsionadas y realizando más bien diversos tratamientos en elementos como marimbas y guitarras acústicas procesadas.
Por otro lado, la letra habla acerca de los momentos en donde nos encontramos atrapados en conversaciones incómodas que en nuestra mente sólo pensamos en las formas más educadas de ponerle fin.