Maybe tomorrow… es una obra indivisible, un disco planeado cuidadosamente de principio a fin. Las canciones se ligan y complementan de tal forma que sólo cobran completo sentido al escucharse en conjunto. Los singles lanzados hasta el momento, “Everything To Lose” y “Hummingbird”, han sido vistazos a un universo más grande. Da la sensación que los tracks del álbum funcionan como cortos con historias entrelazadas de amor, pérdida y nostalgia evocando imágenes que van desde el encierro en un cuarto hasta la inmensidad del espacio exterior.
No cabe duda que estamos ante el material más ambicioso, maduro e interesante de la carrera de Low Roar. Maybe tomorrow… no sólo contiene las voces hipnotizantes, letras profundamente personales y atmósferas envolventes que han caracterizado las composiciones de Ryan Karazija desde sus inicios. Sino que además nos entrega un constante flujo de texturas ensoñadoras, perfectamente tejidas por ecos, delays, grabaciones de campo y silencios.
Todos esos elementos se funden y funcionan gracias a la genial producción de Andrew Scheps (ganador del Grammy por su trabajo con Red Hot Chili Peppers / Adele) y Mike Lindsay (de la banda británica Tunng). Ambos son viejos colaboradores de Low Roar, pero su trabajo se ha vuelto una pieza tan clave para la identidad sonora de la banda, que por primera vez Scheps y Lindsay aparecen en los créditos como miembros oficiales a un lado de Karazija.
ESCUCHA MAYBE TOMORROW…
Maybe tomorrow… es un disco que recompensa la paciencia del escucha. Las canciones se desenvuelven sin prisa y con delicadeza, varias de ellas alcanzando duraciones de hasta siete o nueve minutos. Sin embargo, la cohesión conceptual del álbum no quiere decir que no haya temas sobresalientes que merecen atención por sí mismos. “David”, por ejemplo, es una de las más complejas que Low Roar jamás ha escrito. Los versos son acompañados por un suave piano mientras la letra narra el reencuentro con una vieja amistad. La emoción crece con baterías, sintetizadores y arreglos de cuerdas hasta llegar a un lugar completamente pinkfloydesco en el que dream-pop y psicodelia se unen de forma brillante.
Conforme avanza el disco podemos encontrar piezas que nos muestran todos los rincones del amplio espectro de la estética melancólica de Low Roar: Están las más etéreas con tonos tranquilos como “Sleep Peacefully”. Aparecen momentos más energéticos con beats electrónicos y distorsiones en “Fucked up”. Y por último, aún existe el rastro del folk más puro, guiado por melodías simples y el sentimiento de la voz, como lo podemos escuchar en “Burial Ground”. Maybe tomorrow… se perfila para ser un álbum de culto, cuyos secretos sólo podrán ser percibidos por aquellas personas que le dediquen el tiempo y la atención para disfrutar todas las pequeñas capas de sonido que lo componen.