En su tercer álbum, la banda catalana se aleja del shoegaze de sus anteriores entregas para sumergirse en una fórmula dreampop y pop lo-fi basada en texturas cuidadas, espacialidad, profundidad, ritmos sincopados y groove donde las canciones respiran y crecen.
Sobre melodías envolventes, ritmos sinuosos y una deliciosa atmósfera hermética de pop luminoso, los del Garraf proponen al oyente un baile lento, un baile triste, pero que celebre la vida.
Un altre primer cop es un espacio nostálgico y por momentos triste, pero también seguro, confortable y lleno de luz y esperanza donde sobrevive intacto el espíritu de las primeras veces.
Últim Cavall harán un showcase a modo de listening party en la tienda Ultralocal Records de Barcelona el sábado 3 de febrero, y presentarán su nuevo disco oficialmente en la sala Heliogàbal de Barcelona el sábado 17 de febrero y en el Teatre La Bòbila de Sant Pere de Ribes el sábado 2 de marzo.
Se habla mucho del alcance de la memoria olfativa, pero tiene más poder la memoria musical. Es la mejor herramienta para revivir épocas o momentos concretos; para refugiarte en la nostalgia del pasado si es necesario. Y si la música funciona como el mejor pegamento posible para la memoria, ésta, a su vez, funciona también de maravilla para crear y decorar nuestro círculo de confort más íntimo. Al menos, así lo ha hecho la banda catalana Últim Cavall en su nuevo disco, Un altre primer cop. Con él, los del Garraf construyen un espacio que es nostálgico y por momentos triste, pero también lleno de luz y esperanza. Un círculo de confort donde sobrevive intacto el espíritu de la ilusión, de la inocencia y de la pureza de las primeras veces.
Dentro de ese espacio, pulido en una atmósfera hermética de pop luminoso, elegante y cristalino, los catalanes proponen una actitud muy concreta ante ese cóctel de emociones encontradas que hay entre la nostalgia y la ilusión: bailar lento, bailar tristes, pero siempre celebrando la vida. Los ritmos sincopados y el groove pausado pero constante ayudan a mantener vigente durante todo el álbum esa invitación al slow dance, a bailar la pena. Es la música y la actitud perfecta para quienes conservan la elegancia pese a estar heridxs, así como para lxs perdedorxs que siguen luchando.
El tercer álbum de Últim Cavall con el sello Discos de Kirlian es un todo homogéneo de producción redonda y muy cuidada. Las canciones respiran, crecen y caminan con pocos elementos gracias a la nitidez y la distancia que dejan entre los instrumentos, lo cual les otorga un alto grado de profundidad y espacialidad que permite que ocurran cosas, casi siempre con el foco puesto en una voz susurrada y en unas letras que nos remiten a esa amalgama de nostalgia e ilusión que rige todo el álbum.
Así, las paredes de ese círculo de confort hecho a base de memoria construido por Últim Cavall están llenas de recuerdos. Evocan la ilusión de las primeras veces (especialmente del primer concierto: uno de Bruce Springsteen) en “Un altre primer cop”, la canción pop perfecta que abre y titula el disco. También rememoran la sensación de seguridad, inocencia y pureza de la infancia en “Abans de marxar”, donde el predominio de las guitarras establece un puente de unión entre el sonido de la banda en Alaska, su segundo álbum, y su actual fórmula de dreampop lo-fi. Incluso invocan en “Mons” la magia de la imaginación de los niños, capaces de construir mundos propios que sobreviven el paso del tiempo para convertirse en los recuerdos más entrañables. Aquí, la melodía de la trompeta alimenta aún más si cabe la perenne nostalgia.
No obstante, la añoranza que despliega Últim Cavall en Un altre primer cop no va solo de infancia. También reviven el recuerdo de una relación terminada en “El teu vinil”: un canto alegre, envolvente y desacomplejado al desamor. Y hasta evocan la peor nostalgia de todas, la de aquello que no ha ocurrido, preguntándose en “Capvespre” qué habría pasado si hubieran hecho las cosas de otra forma en sus vidas. Un tema, el más synthpop y con más aroma a los 80 de todo el álbum, en el que el protagonismo recae en los sintes.
Por otra parte, como la nostalgia suele partir de un presente que no nos llena del todo, la narrativa de Un altre primer cop se explica también con temas que no tratan exclusivamente de recuerdos. Ahí está por ejemplo la elegante “Ariadna”, que refleja el sentirse perdidx, el deseo de ser alguien, de encontrar un sitio y una razón de ser y el miedo a no conseguirlo. O la sensación de vacío en la mediana edad expuesta en “El buit”, otro gran ejemplo de profundidad y groove, de amalgama victoriosa de guitarras y sintes.
Completado por canciones, digamos, más constructivas, como son “Verí”, “Estel” y “Becs”, el nuevo álbum de Últim Cavall te sumerge en una atmósfera dorada y engalanada que ha logrado sobrevivir a la decadencia. Como si se tratara de un último baile, ya con las luces amaneciendo, lento y al que nadie mira, Un altre primer cop es el intento de aferrarnos a la ilusión de los nuevos comienzos para no vivir de las rentas de la memoria. Un esfuerzo teñido de nostalgia pero que, una vez en marcha, pervive por su propia inercia.
Próximos Conciertos De Últim Cavall:
– Sábado 3 de febrero: Barcelona @ tienda Ultralocal Records (12h) showcase listening party
– Sábado 17 de febrero: Barcelona @ sala Heliogàbal (13h)
– Sábado 2 de marzo: Sant Pere de Ribes @ Teatre Bòbila (20h)
