El nuevo sencillo de Mandi Crimmins, la cruda y vulnerable “LOSE CONTROL”, narra una época oscura y traumática para la artista, donde fue preparada y traficada por alguien que ella pensaba que era su amigo.
Mandi Crimmins es la estrella de rock caóticamente identificable que has estado buscando. Esta graduada de Berklee con sede en Los Ángeles es conocida por sus letras crudas y vulnerables y sus ganchos pop desquiciados que atraen al oyente. Crimmins sufre con su salud mental y no la oculta, sino que la usa para conectarse y relacionarse con los oyentes que también luchan con problemas mentales. enfermedad. Su feroz autenticidad le ha valido seguidores de culto, y la comunidad de salud mental se une detrás de cada lanzamiento.
Desde que se mudó a Los Ángeles desde su ciudad natal en Massachusetts, Mandi ha desarrollado su sonido hasta convertirlo en una realidad cruda y cruda que es una adicción escuchar. Esto llamó la atención de la banda de rock alternativo The Haunt, quien ha sido uno de los principales colaboradores de Mandi desde entonces.
Su último sencillo, “LOSE CONTROL”, surge de un trauma muy oscuro y doloroso que Crimmins experimentó cuando estaba en la universidad. Al elegir compartir su historia para ayudar a otros, la compositora confiesa: “Fui preparada y traficada por alguien mayor que pensaba que era mi amigo. Me tomó casi 7 años y mucha terapia aceptar lo que sucedió. Porque aceptar lo sucedido significó aceptar que nunca tuve el control y que era un peón. Quería contar mi historia públicamente sin vergüenza, con la esperanza de que pudiera traer paz, validación y comunidad a alguien que podría estar luchando con lo mismo.
La poderosa pista es un bop con muchos graves y rock que te inundará de emociones. Te envuelve sonoramente, poniéndote en trance, antes de que el coro realmente tenga fuerza y te enfurezcas de nuevo. El puente presenta letras palabra por palabra del diario que Crimmins llevó en el momento en que ocurrió el trauma. Y añade: “Hizo que toda la pieza se uniera y realmente transmitió la emoción que la alimentaba”.
Su música habla por sí sola con su poder crudo y real que se combina con su destreza para escribir canciones: no puedes evitar volverte adicto. Con sus letras narrativas y su vulnerabilidad, Mandi confiesa: “Mi música me cura y es, ante todo, para mi comunidad. Siento que si tengo que haber tenido estas experiencias, quiero que de ellas salga algo bueno. Y brindar a otros como yo un sentido de comunidad, amor y un espacio seguro para sanar es primordial para todos los propósitos”.