Como anticiparon los éxitos “La Gitana” y “Conmigo”, lo nuevo de India Martínez es, al mismo tiempo, innovador y tradicional: con esa voz espectacular y una manera de interpretar que encandila en distancias cortas y prende en las grandes audiencias. Palmeras es un álbum grabado con productores de primer nivel como Julio Reyes (Alejandro Sanz, Pablo Alborán) en Miami y Pablo Cebrián (Manuel Carrasco) en España, pero sobre todo es una obra que rinde homenaje al esfuerzo, a los que no se cansan de trabajar.
Colaboraron con India Martínez en Palmeras artistas de primera talla internacional como el puertorriqueño Pedro Capó en su canción “Besos Escondidos”, Vicente Amigo en una creación por tangos hecha a medida que dejará a más de uno con la boca abierta titulada “Cielo y Tierra”, y en la canción llamada de igual forma que el disco se podrá escuchar a Orishas dándole sabor cubano a esta composición dedicada a su barrio.
Cuenta India que necesitaba recordar quién es y de qué está hecha, reconectar con la niña que bajaba los escalones de dos en dos en un bloque de Las Palmeras, “a veces con un poco de miedo e incertidumbre, pero siempre con ilusión y hambre de vivir y cantarle al mundo entero”. “Ese era mi sueño. Y aunque sabía que era difícil, casi casi imposible, no podía pensar en nada más. Mi cultura es el esfuerzo de los que no se cansan de trabajar”.
Las canciones del álbum nacen de muy adentro: del instinto, de sus ancestros. “De los recuerdos que atesoro y de los que quise olvidar”. Se abre así una puerta a esas vivencias, las que han hecho de ella la mujer que es ahora, para conectarlas con el futuro. Canciones sin filtro, “sin el vocabulario perfecto, sin tapujos, sin pensar en lo que debe ser”, define.
Palmeras es una confirmación del desbordante arte de India Martínez, el mismo que la ha convertido en la figura número uno del pop racial español. Todo su talento lo viene demostrando desde sus primeros trabajos, mediada la pasada década, con su característica mezcla de culturas y de músicas del mundo: hindú, árabe o, por supuesto flamenco.
Todo ese poder femenino y todas esas raíces rebosan ahora en Palmeras, el homenaje a su niñez que confirma a India Martínez como una de las grandes artistas de la década.