La artista radicada en Brooklyn Leilani Patao acaba de lanzar “Cut”, el sencillo final de su próximo EP daisy, y es una descarga pop tan catártica como incómoda. Disponible ya en Bandcamp y con un video oficial dirigido por Leilani, “Cut” es el momento en que todo lo que se ha contenido a lo largo del EP se libera, no con gritos, sino con capas glitch, melodías rotas y una producción que parece estar al borde del colapso.
Leilani no está buscando que la canción sea “bonita”. Está buscando que se sienta. Y se siente. “Cut” es el tipo de tema que te deja con preguntas más que respuestas, con frases que se repiten como mantras y una atmósfera que mezcla dolor, ironía y una especie de alegría distorsionada. Es el cierre perfecto para un EP que se presenta como experimento, pero que en realidad es una declaración de principios.
Desde que empezó a lanzar música de forma independiente en 2021, Leilani ha construido una carrera marcada por su voz cruda y su honestidad lírica. Con tres álbumes completos y una aparición en The Tonight Show with Jimmy Fallon, ya ha demostrado que puede emocionar desde lo más íntimo. Pero en daisy, y especialmente en “Cut”, decide esconderse detrás de efectos, capas y distorsión, obligando al oyente a buscarla entre el ruido.
El EP, que se lanza el 7 de noviembre vía Audio Antihero, no estará en plataformas de streaming. Leilani ha sido clara: no quiere que su historia se reduzca a un algoritmo o a una playlist. “Quiero confiar en ti antes de contarte”, dice. Y esa frase resume bien lo que “Cut” representa: una invitación a escuchar desde otro lugar, sin prisa, sin filtro, sin el contexto prefabricado de las redes.
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Además, “Cut” funciona como una especie de espejo roto dentro del universo de daisy. No es solo el final del EP, sino el momento en que todo lo que se ha dicho —o evitado— se refleja con distorsión. La producción glitch, los silencios incómodos y los fragmentos vocales que aparecen y desaparecen construyen una atmósfera que no busca resolución, sino exposición. Es una canción que no se puede entender del todo en una sola escucha, y eso parece ser parte del punto: Leilani no quiere que la experiencia sea inmediata ni fácil. Quiere que duela un poco, que incomode, que te obligue a quedarte.
En ese sentido, “Cut” también habla de cómo Leilani ha decidido compartir su arte. Alejada de los modelos tradicionales de distribución, sin depender de algoritmos ni plataformas que priorizan la viralidad sobre la intención, esta canción —y el EP en general— se convierte en un acto de resistencia. Es música que exige atención, que no se deja consumir como fondo, y que se planta con firmeza en un espacio donde el arte todavía puede ser íntimo, político y profundamente humano. Cut no cierra el EP con una conclusión, sino con una pregunta abierta: ¿cómo se comparte el dolor sin convertirlo en espectáculo? Y esa pregunta, como la canción, se queda resonando mucho después de que termina.
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