La cantautora residente en Los Ángeles, Ada Marques, lanzó su sencillo pragmático “Napkin”. La nueva pista, escrita como una carta a sí misma, garabateada en una servilleta por el lado cínico de su personalidad, da una mirada sincera al aislamiento, la tristeza y el odio a sí mismo que enterramos debajo de nuestra superficie y la máscara de nuestros compañeros. Grabado durante una sesión de escritura improvisada entre Marques y el productor nominado al Grammy Chris Reynolds, que se llevó a cabo durante una tormenta fuera de lo común en Los Ángeles, la canción refleja la atmósfera melancólica del clima inesperado en forma sonora. Intencionalmente inquietante, la canción encuentra a Marques preguntándose: “Cariño, ¿no puedes ver? A ellos no les importaría menos si te vas”, antes de convertirse en una frase desgarradora en el coro, donde admite, “… si Soy honesto, nunca soy verdaderamente honesto, con nadie más que conmigo mismo”.

Al igual que su sencillo debut, “Bell”, “Napkin” enfatiza la intención de Marques de usar su música como un recurso para resaltar y normalizar las conversaciones sobre la autoestima, los pensamientos intrusivos y otros temas importantes de salud mental. Marques admite que, como hija única, a veces vivía en su propia cabeza, creando mundos e historias que la entretenían. También entiende que, como resultado, tiene una propensión a pensar demasiado. Su inclinación a devolver la tranquilidad que recibió de sus mentores en su vida y la inspiración que encontró en otras músicas a las que admiraba se remonta a la soledad y la soledad que a veces sentía mientras crecía. Al animar a sus oyentes y compañeros a observar detenidamente cómo las relaciones, tanto con los demás como con nosotros mismos, pueden distorsionar la imagen que tenemos de nosotros mismos e influir en la forma en que abordamos nuestro futuro, Marques ha permitido que su música sirva como base de un comunidad interactiva y de apoyo, que ha crecido rápidamente en seguidores de TikTok e Instagram a 12,000 y 15,500 respectivamente.

Su tendencia a inclinarse hacia la timidez también impulsó un nivel de intimidad con la composición de canciones que es único y diferente al de la mayoría de las personas. A veces, su relación con la música se sentía tan vital para ella como la conexión de otras personas con su mejor amigo. La música la hacía sentir viva y amada, y nunca se cansaba de ella. Cada noche, mientras su tía estaba en el trabajo, Marques se colaba en su habitación y pasaba horas probando y estudiando cada uno de los álbumes de su colección de CD, conectándose emocionalmente con cada artista que descubrió, incluidos Joni Mitchell, Joan Baez y Stevie Nicks. “La forma en que escribían sus historias de manera tan simple y directa pero con gracia me inspiró”, admite, señalando su influencia en su propio estilo de composición. Al descubrir el álbum debut de Taylor Swift, Marques se dio cuenta por primera vez de que las canciones no suceden simplemente; son creados por músicos. Al instante, se inspiró para intentar desbloquear sus habilidades como narradora.

A partir de ese momento, comenzó a escribir sobre todo lo que la rodeaba, desde familiares y amigos, hasta lo que había visto en su camino a casa, visto en la televisión o leído recientemente. A medida que crecía y navegaba por la escuela secundaria, los chicos y los dramas que los rodeaban, se dio cuenta de que escribir canciones era una vía de escape que la mantenía cuerda y la ayudaba a liberar sus emociones. Con el apoyo de un mentor y la inspiración de otros musicales femeninos que siempre había admirado, Marques comenzó a considerar lanzar su música al público. Era el sueño que siempre le había apasionado pero que tenía demasiado miedo de explorar.