El artista italiano Alex Fernet lanza hoy su nuevo álbum Modern Night a través de Bronson Recordings, un trabajo que se presenta como una seducción vampírica entre el soul, el funk, el italodisco y la new wave, todo envuelto en una estética noir de cine oscuro. Escrito, interpretado y producido por el propio Fernet, el disco fue grabado en Duna Studio (Rávena) y mezclado/masterizado por Maurizio “Icio” Baggio (The Soft Moon, Boy Harsher), quien aporta una claridad espectral y un calor analógico que atraviesa todo el álbum.
“Quería que este disco se sintiera como un soul oscuro”, explica Fernet. “Un lugar donde pianos con eco, ángeles rebeldes y fantasmas de los 60 se cruzan con acordes menores y sintetizadores rotos. Donde el funk no sonríe, sino que se pierde por un callejón buscando algo que olvidó.”
Esa atmósfera se materializa en diez temas que giran en torno a una figura central: el Sunlight Vampire, mitad metáfora, mitad fantasma, que transforma la nostalgia en acto político y la melancolía en forma de resistencia.
Track List:
1. Rollover
2. Hey Lady
3. The NIghtdrive
4. Comfort Zone
5. Be My Memory
6. Love You Anyway
7. Speeding Fine
8. Ruins and Wrecks
9. Spit The Song
10. Sunlight Vampires
Modern Night no se deja encasillar fácilmente. Hay ecos de baladas AOR, funk post-industrial y soul despojado de optimismo. Es una nostalgia futura con las uñas sucias: un trabajo profundamente contemporáneo que rechaza la perfección digital en favor de la imperfección analógica. “En una era de sonido sobreeditado, el acto más radical puede ser dejar que las cosas respiren”, dice Fernet.

La producción sigue esa filosofía. “Quería un sonido que se sintiera actual, pero producido con técnicas clásicas. Aunque muchas referencias vienen del pasado, su combinación y reinvención pueden generar algo nuevo.” Modern Night es eso: un álbum que no mira atrás por nostalgia, sino para rearmar el presente desde otro lugar.
Visualmente, el universo del disco también se conecta con la tradición persa de lo simbólico: colores apagados, sombras largas, texturas que parecen sacadas de una película de culto. Cada canción funciona como una escena, y la figura del vampiro solar aparece y desaparece como un hilo conductor. No es solo un personaje: es una postura frente al mundo, una forma de habitar la noche sin perder la luz.
































