Manos arriba: ¿quién sabía que Leonardo da Vinci era conocido no solo por su arte e inventos sino por su seco y oscuro sentido del humor? Es cierto: Leo era el tipo que se tomaba todo en serio, excepto él mismo. Bridgeport, daFinchi de Connecticut, toma más que solo inspiración para su nombre del maestro del Renacimiento. Su flujo de canciones, su ambiente relajado y su ingenio fácil hacen que su nuevo cuerpo completo sea perfecto para patearlo en el porche trasero o en el callejón trasero. Caso en cuestión: daFinchi, también conocido como The Renaissance Rapper, tiene un golpe de sueño en sus manos con su primer sencillo, “The Burbs”. Es un mensaje pegadizo e irónico de un niño de la ciudad que ahora vive la buena vida en el lado derecho de las vías.
No lo tuerzas, daFinchi es un gran admirador de esa vida burbs; él también está en la broma también. Le da un giro a Macklemoreian a su nuevo amor por el césped, los árboles, el canto de los pájaros y la paz en las calles. La canción principal de su álbum debut es una cálida brisa de guitarra perezosamente rasgueada, reverberación nebulosa y batería real, algo que se puede escuchar flotando desde las ventanas de una encantadora casa colonial con un espacio de práctica en el sótano. Según nuestro chico de la ciudad, hay mucho que amar en los palos, como “las comodidades / no tengo delitos / no tengo enemigos”. Probablemente ayude que se haya llevado un poco de la capucha, ya que envuelve esa barra con “no tiene piernas porque la Ketamina patea”. Producida por Fantom y lanzada en el sello Cut Muzik, “The Burbs” es una introducción sólida y memorable para un artista que se divierte tanto poniendo música como tú la pondrás.
Seremos honestos: parece que daFinchi ha hecho una transición bastante suave desde la esquina hasta el callejón sin salida. Encaja perfectamente entre las casas de tablillas que bordean fila por fila de acogedoras calles laterales. A lo largo del clip, dirigido por Frankie Fire de KDTV, está claro que puedes sacar al niño de la ciudad, pero no puedes sacar la ciudad del niño. daFinchi todavía está agotando los 40 y freestyle fuera de la tienda de delicatessen. Pero ahora la única pandilla por la que debe preocuparse es el equipo de la liga pequeña de la ciudad más próxima. No es más que cielos azules y patios traseros para nuestro héroe que pasea perros, corta el césped, come pasteles y gana el concurso (¿eh?!). ¿Sabes lo bueno de los suburbios? Nada. Y daFinchi es totalmente genial con eso.