Observando a sus coetáneos desde los tejados por los que deambula, mirando al mundo desde las ramas de un árbol de la selva amazónica, la noción de fronteras, tanto geográficas como musicales, es inexistente para El Gato Negro (Axel Matrod) quien explora el mundo desde que tiene uso de razón.
Impulsado por un agudo sentido de la aventura, su instinto le ha llevado a tierras senegalesas, a Dakar. Es allí donde surgieron los primeros murmullos de “Tigre Qui Pleure”, su nuevo álbum, esta vez producido por GUTS, el cual se publicará el 26 de enero (X-Ray Production).
Antes de convertirse en tigre, el gato afiló sus garras con “Cumbia Libre” en 2015, álbum de debut que rindió homenaje a la música latina, tras una década en el continente. Unos años más tarde lanzó “Ouvre la Porte” -en colaboración con Amnistía Internacional- y más recientemente el felino se lanzó a la piscina de la música electrónica con un disco de remezclas editado por Cosmovision Records (Montreal).
En cada país donde se instala -bien durante unos meses o unos años- El Gato Negro es siempre muy bien acogido por las comunidades que encuentra. Senegal no fue una excepción, como tampoco lo fueron los músicos de África Occidental y Cuba.
Maravillados por el sonido de sus flautas afrocolombianas, que el artista controla con finura, los miembros de la Orquesta Baobab -incluido el ícono del piano Cucurucho Valdés de La Habana- quedaron encantados con él y su puñado de nuevas canciones. Cuentos filosóficos, ensayos poéticos e historias de amor (alegres) suenan y se cuentan tanto en francés, español o wólof.
En solitario pero nunca solo, El Gato Negro siempre anda bien rodeado. Él se vuelve a convertir en Axel, y apuesta a que esta nueva aventura se escriba como colectivo. Cuenta con el teclado jazzero de Florian Pellissier, el pulso y el tempo del baterista Cyril Atef, la ciencia del beatmaking de Izem y las voces de Pat Kalla, D jeuhdjoah y Lieutenant Nicholson.
Balafón, n’goni, tama, samplers y sintetizadores se entrelazan para dar vida a una fusión entre lo tradicional y lo digital, entre la percusión orgánica y los beats de graves gordos, entre la sabiduría de los griots y un hip hop donde soplan melodías llevadas por los vientos de Cabo Verde.
Conocido por ser un hombre festivo y divertido, Axel presenta en esta ocasión una nueva reflexión. A partir de ahora, transmitirá sus mensajes de forma suave y en múltiples niveles. El dulzor de la fruta recogida del árbol a veces deja paso al del café amargo.
El Gato Negro, apodado también como ‘el gato negro de la suerte’, es ante todo un artista. Animado por 15 años de vivencias en las calles de 30 de los países más calurosos del mundo, es cuando su magia toma forma. Sus conciertos son más un trance o un viaje que una mera actuación, y es con baile, alegría y emociones a raudales que Axel Matrod nos transporta desde la América Latina hasta el África Occidental con sus letras profundas y fascinantes.
Para la nueva gira (“Le Tigre”) Axel invitará a Salif Diarra -mago de la música mandinga a quien conoció en Burkina Faso, maestro también de la cora y los balafones- Mary May, rapera y multiinstrumentista franco-congoleña, y al percusionista mexicano Pablo Senties, con quien ya ha realizado más de 300 conciertos hasta la fecha.
Bajo la máscara alegre de El Gato Negro, también coexiste una melancolía hasta ahora oculta. Esta se muestra en su nuevo trabajo, “Tigre Qui Pleure”, que se publicará el 26 de enero de 2024 a través de X-Ray Production.