Elias Bendix, el artista danés que fusiona pop con electrónica y funk, lanza “Revolution”. Un poderoso canto a la rebelión a base de soniquetes ochenteros de soulbeat, tan pegadizo como las piezas en su día de DeBarge, pero con una inyección más actual del Jamiroquai más eléctrico.
“Escribí la canción durante un viaje a Nueva Orleans. Allí me inspiré en la tradición, en la cultura denominada ‘Second Line’. En ella la gente se reúne los domingos para desfilar con música, baile, comida y mucha fiesta”, comenta Bendix. “Además de experimentar uno de los sentimientos musicales más salvajes en cuanto a compañerismo, obtuve también la clase de guitarra de mi vida. Sucedió en una iglesia noruega con Derwins Perkins, también conocido como BIG D”.
“Cada vez que le preguntaba ‘¿cómo se toca góspel?’ o ‘¿cómo tocas ese riff de soul funk?’ él respondía ‘ya lo sabes’. Fue una lección de guitarra mágica donde intercambiamos ideas…”
El rubiales compositor y guitarrista Elias Bendix tiene a sus espaldas una vida agitada y cargada de experiencias musicales. Aunque como sabemos es danés, pasó su juventud entre Francia, Italia, Argentina y España. Aquellas vivencias despertaron en él una enorme curiosidad por las distintas culturas de cada lugar. Todas se sumaron de algún modo a su ya de por sí inspiración propia la cual denomina art-funk. Su última parada es de hecho un pop funkilón cristalino e impecable que abarca el amor en toda su complejidad.