El videoclip fue grabado en Colmenarejo (Madrid) de la mano de un equipo formado por G. J. Carazo como director de fotografía, Paula Vilaur como danzante Butoh y Hathi como ayudante de producción. La idea del vídeo es original de Eva Calero y la grabación tuvo lugar al amanecer siendo solo posible realizar tres tomas en plano secuencia.

El Butoh es una danza misteriosa que lleva a una especie de trance a la persona que lo baila. Surge tras la detonación de la bomba de Hiroshima inspirada en el movimiento de los cuerpos entre los escombros y me parecía muy interesante incluirlo para representar una especie de “demonio” que te va robando la luz.

Manipura nació como una improvisación, uno de esos cantos que nacen directamente, como si lo descargaras de algún lugar donde ya estuviera hecho. Era un caluroso día del verano de 2018 y volvía del festival Reina Loba, en Galicia. En este había dejado oficialmente mi anterior grupo, La caracola y por otro lado mi pareja de aquel momento me había dejado a mí.

Manipura es una especie de nana, un lamento que arropa el alma en esos momentos donde la tristeza y la oscuridad lo inundan todo. Nos dice, estoy contigo, reconozco tu dolor y te canto dulce para acompañarte en ello. Reflexiona sobre la autoestima, habla de ese fuego que nace del tercer chakra y, que cuando está vibrante nos llena de luz y confianza, pero, que cuando se apaga nos lleva a anhelarlo e incluso querer robarlo de otros. También de la paradoja de ver eso tanto de los demás hacia ti como de ti hacia los demás, de la necesidad de defenderse, pero también la compasión de verse reflejado en esto, porque al final no puedes mantener tu fuego ardiendo a menos que lo avives tú.