El artista multidisciplinario julian maas irrumpe con fuerza en el presente al lanzar su esperado sencillo Who Would Want You?, una primera pieza que funciona como umbral hacia su álbum debut Cherry.
Desde el primer acorde, la canción establece un pulso inconfundible: hay en ella un eco de los años dos mil, la crudeza de sus guitarras indie, la huella de lo electrónico y una voz que no se limita a cantar, sino que se abre paso como una confesión directa y luminosa.
El tema se convierte en declaración de intenciones. Es una puerta entreabierta hacia un disco que condensa tres décadas de memoria musical, un recorrido que abarca desde el caos sonoro de los 2010 hasta los destellos melódicos de su niñez.
Cada composición es un fragmento vital: julian escribe, canta y toca todos los instrumentos, tejiendo un universo sonoro que es al mismo tiempo íntimo y expansivo, personal y colectivo.
Pero maas no se conforma con crear canciones: elabora narrativas. En Cherry, los hilos se entrecruzan para hablar de confusión, odio, muerte, paz y amor. No dicta respuestas, no propone una única lectura; invita, más bien, a que cada oyente construya su propio mapa en un mundo marcado por fracturas emocionales, tensiones políticas y la sombra cada vez más nítida de la inteligencia artificial en lo cotidiano.
La base es clara: un rock and roll indie que no teme fusionarse con otras texturas. Lo que emerge es un lenguaje sonoro que se atreve a confrontar lo complejo, sin suavizar sus aristas. En ese espejo que es su música, se refleja nuestro tiempo, pero también la obstinada búsqueda de algo que lo trascienda. Cherry no es solo un álbum: es una invitación a perderse y a encontrarse en el mismo movimiento.
julian maas
