El artista de indie-Americana Kaneb Andrews presenta “Recombination”, un nuevo sencillo sereno y nostálgico que se pregunta, con una franqueza desarmante, si realmente cambiamos o simplemente reordenamos las piezas de siempre. En una cultura que insiste en la autosuperación como salida al desamor, Andrews ofrece una reflexión más íntima y cruda: ¿es posible crecer, o solo fingimos que lo hacemos? Disponible ya en todas las plataformas digitales, la canción se revela como una meditación sutil sobre el apego no resuelto.
Grabada en su mayoría en una sola toma junto a una banda en vivo y acompañada por un piano Fender Rhodes vintage, “Recombination” resalta la voz templada de Andrews y su forma narrativa de componer. El tema fue co-producido con Matt Anthony (Darius Rucker, Pat Monahan) en Second Take Sound, Manhattan, dando como resultado un equilibrio entre el indie rock de exploración libre y el arraigo tradicional del Americana.

Inspirado por referentes como Bob Dylan, Bruce Springsteen y Townes Van Zandt, Kaneb Andrews —originario de Massachusetts y hoy afincado en Brooklyn— combina la crudeza emocional del rock clásico con la textura introspectiva del indie. Formado inicialmente como violinista clásico en el Conservatorio de Nueva Inglaterra, se volcó en la composición tras un verano solitario en Cape Cod, aprendiendo guitarra por su cuenta. Más tarde, complementaría esa pasión con estudios formales en composición en Princeton y un máster en composición de canciones en NYU.
Desde entonces, ha consolidado una reputación por sus directos intensos, con comparaciones que van de Coldplay a Noah Kahan, y actuaciones en escenarios neoyorquinos como Mercury Lounge, The Bitter End y Heaven Can Wait, donde agotó entradas en su primer show como cabeza de cartel. Ha compartido escenario con artistas como Texas King, Hush Club y Copilot, llevando sus canciones —siempre poéticas y emotivas— de grabaciones caseras a sesiones completas con banda.
En “Recombination”, Andrews vuelve sobre sí mismo, atrapado en la duda y el recuerdo, preguntándose si ha evolucionado o si simplemente está repitiendo los mismos gestos bajo una nueva fachada. Es una canción que no pretende ofrecer respuestas, sino acompañar en ese terreno incierto donde memoria, anhelo y crecimiento se entrelazan.































