Triste y esperanzada saeta carcelaria, “Vis a vis” es un emotivo tema que lleva acompañando a Leiva desde los albores de su carrera en solitario. En origen, un poema de su amigo Kike Babas al que Leiva puso música y adaptó líricamente, creando una bellísima balada, delicada torch-song que deja a su paso un reguero de corazones y gargantas con el sentimiento a flor de piel.
“Vis a vis” es el momento del concierto en el que Leiva se queda solo bajo los focos, musicalmente desnudo ante su público. Tras un rasgueo de cuerdas y el arranque demoledor de los primeros versos de la canción, “Y qué bonito mirar / la sombra que hacen las rejas / mientras meto las orejas / en el centro de tu andar” se crea un absoluto y mágico silencio por parte del respetable, 15.000 almas que se arrancan en cerrada ovación al final del primer estribillo. En la segunda estrofa Leiva incluso suelta la guitarra y abre los brazos en cruz, en un gesto épico, guiño y homenaje al desparecido maestro Manuel Molina emocionando al público presente.
En los últimos acordes reaparece en escena la Leiband y la pantalla gigante se nutre de fotografías en blanco y negro que acompañan a un público que, ahora sí, corea a un punto de miel y congoja, poniéndole sangre al grito de los que aman sin poder amar. Uno de los broches de oro de Madrid Nuclear.