Como ya es característico en su propuesta visual, Rosul presenta un video dedicado a las mujeres que enfrentan una realidad difícil, donde las estadísticas evidencian la saña de una sociedad machista y a la que hacen frente con protestas y acciones simbólicas y es de esta manera, que Rosul en medio de un escenario urbano, detona el llamado a decir ¡Basta! a una relación sentimental que no ofrece más que sufrimiento…
Diversos objetos dispersos en una habitación semi habitada y con atmósfera lúgubre, representan a la mujer que sufre, que ha sido violentada pero también representa su liberación ante el yugo patriarcal: en el suelo se aprecia un vestido, un bolso, ropa interior femenina, ventanas rotas que en medio de una atmósfera oscura con destellos de tonalidades pop simbolizan el respiro de un aire ligero libre de aquel denso y putrefacto aroma de la vejación.
Rosul se hace acompañar de sus músicos; cada uno con su instrumento imprimen esa contundencia musical que la intérprete desea transmitir a todos de la mano con la letra del tema; el poder de los metales de la banda dice ¡Basta!