Tristan Tritt da rienda suelta a su propia exploración y fusión de diferentes estilos, incluyendo rock sureño, country, blues y alternativo. Su nuevo sencillo, “Wannabe”, suena como una carta de amor a sus raíces, a su padre, el artista country ganador del Grammy, Travis Tritt, y como una audaz incursión en un territorio sonoro más amplio.
Tristan comparte: “Quería combinar una conversación honesta conmigo mismo sobre quién soy y de dónde vengo, a la vez que le infundía un toque de mitología griega. Hay un lugar muy especial en mi corazón, en lo que respecta a la relación entre el Padre y su Hijo”. Riffs de guitarra potentes, ritmos hipnóticos y melodías intensas capturan una sensación atemporal de anhelo y libertad.

Tristan Tritt es un narrador de la experiencia estadounidense, un creyente en el poder de la simplicidad y un artista que nunca deja de avanzar. El músico y cantautor abraza su verdadera esencia, junto con las influencias que lo formaron. Orgulloso sureño, este nativo de Georgia está dando rienda suelta a su propia exploración y mezcla de diferentes estilos, incluyendo rock sureño, country, blues y alternativo. Esta fusión de géneros evoca el espíritu de sus ídolos musicales, The Black Crows, Koe Wetzel, Colter Wall y Tom Petty, pero con un toque fresco y moderno. “Detesto la idea de estar encasillado en una categoría”, confiesa.
Nacido con la música en la sangre, su padre es el artista country ganador del Grammy, Travis Tritt. El joven Tristan tomó su primera Fender Stratocaster a los 11 años y nunca la soltó. Dominó clásicos del grunge y el rock alternativo como “Wonderwall” de Oasis, “Seven Nation Army” de The White Stripes y “Monkey Wrench” de Foo Fighters, convirtiendo pronto esa pasión en la composición de canciones originales. Avanzando en su oficio, aprendió ingeniería de grabación en una escuela de Arizona y se rodeó de otros artistas en California. Dedicó cada momento libre al estudio de grabación y a las presentaciones en vivo, en innumerables conciertos, creando una fiel base de fans.
En 2022, lanzó su primera tanda de sencillos, “Oblivion” y “Right On Time”, que dieron a conocer su contundente sonido rockero al público. Su reflexión sobre la obsesión por las redes sociales con “No Filter” le valió elogios de American Songwriter, entre otros, mientras que su sencillo de 2024, “Sick of It”, ha acumulado casi doscientas mil reproducciones.
Ahora, Tristan Tritt inicia una nueva etapa: un renacimiento musical. “Durante años me sumergí por completo en el rock alternativo (específicamente en los 90), pero siempre me faltaba algo. Soy un sureño orgulloso y crecí escuchando a bandas como Lynyrd Skynyrd, Blackberry Smoke y, ahora, a increíbles nuevos talentos como Treaty, Oak, Revival, Dexter y Moon Rocks. Me encanta su mezcla de rock y estilo sureño/texano, y quería comenzar mi viaje en 2025 rindiendo homenaje a los rebeldes de antaño y de la nueva generación”. Junto a sus colaboradores Chris Ayer y Jerry Fuentes, Tristan está dejando su huella en el rock. Con una musicalidad impecable, una voz impregnada de whisky, a la vez áspera y conmovedora, y una narrativa profunda, su nuevo material es el más auténtico hasta la fecha.
Su sencillo de 2025, “Stop the Ride”, es una canción autobiográfica que narra la ardua lucha por perseguir un sueño: el trabajo duro y repetitivo, el constante tira y afloja entre la duda y la determinación, y la montaña rusa emocional de altibajos. Paisajes sonoros melancólicos y matices country-western culminan en un estribillo explosivo, digno de un estadio.
El nuevo sencillo, “Wannabe”, suena como una carta de amor a sus raíces y un paso audaz hacia un territorio sonoro más amplio. Él comparte: «La canción surgió de una idea que tuve al escuchar sobre los paralelismos entre el clásico de los Cohen Bros., «Oh, hermano, ¿dónde estás?», y la Odisea de Homero. Quería crear una conversación honesta conmigo mismo sobre quién soy y de dónde vengo, a la vez que le daba un toque de mitología griega. Hay un lugar muy especial en mi corazón, en cuanto a la relación entre el Padre y su Hijo, así que Ícaro me vino a la mente». Riffs de guitarra potentes, ritmos hipnóticos y melodías intensas capturan una sensación atemporal de anhelo y libertad.
































