La cantante y compositora emergente Ana Luna presenta su nuevo sencillo “Dance in a Trance”, un tema etéreo e introspectivo que profundiza en las secuelas emocionales de una relación pasada. Impulsado por el impulso de lanzamientos anteriores como “Oxytocin” y “Why Not”, el nuevo sencillo muestra aún más el sonido ecléctico y transgresor de géneros de Ana y su distintiva voz artística.

Guiada por su voz hipnótica y una producción cinematográfica y envolvente, “Dance in a Trance” explora cómo la memoria y la identidad cambian tras un desamor. A través de letras introspectivas como “un romance enjaulado, bailé en trance”, Ana captura la paradoja de estar atrapado en algo intenso, incluso hermoso, que finalmente dejó a ambos confinados. Es más que una canción sobre una ruptura; es una meditación inquebrantable sobre la transformación, la memoria y el tranquilo desenlace que a menudo sigue al final de una relación.

Ana Luna Presenta Su Nuevo Sencillo: "Dance In A Trance"
Ana Luna / Noah Hoffman

«La gente interpreta mis canciones como quiere, pero esta no trataba de convertir a nadie en el malo; trataba mucho sobre mí», dice. «Me encontraba con mi ex y ni siquiera me miraba. Cuando nos mirábamos a los ojos, la energía se sentía… diferente. El verso «un romance enjaulado» surgió de algo que le dijo una vez a un amigo nuestro sobre sentirse «enjaulado» o atrapado, que irónicamente, es como me sentía yo también. No era tóxico como solemos definirlo ahora, pero quizá lo era a su manera, simplemente por lo intenso que era. Esta canción vive en esa dualidad: o siempre has sido esta persona y yo estaba ciega, o recuérdame por qué te amé para no sentirme como una idiota».

Nacida en Ucrania, criada en París y ahora residente en Los Ángeles, Ana Luna es una narradora nata cuya música es tan cinematográfica como emotiva. Aunque siempre supo que su destino era ser artista, Ana inicialmente se centró en la actuación y mantuvo la composición en un lugar reservado. No fue hasta la universidad, tras años de crecimiento emocional y trabajo interior, que finalmente se permitió dejar de darle tantas vueltas y sumergirse de lleno en la música. Con el tiempo, ha forjado un sonido característico que oscila con fluidez entre el dream pop, el rock alternativo y las baladas melancólicas, creando canciones que se sienten celestiales, sensuales y reflexivas.

Ana aborda la música como una forma de terapia y narrativa, utilizándola para procesar heridas, examinar comportamientos y crear un espacio para la sanación. Sus canciones exploran las complejas capas emocionales subyacentes, preguntándose de dónde provienen nuestros sentimientos, qué revelan y cómo moldean nuestra forma de ver el mundo. Mientras prepara su álbum debut, Ana Luna canaliza su voz en canciones que invitan a la conexión, la introspección y la sanación.