En un susurro que resuena más fuerte que cualquier estruendo, la cantautora angelina Avery Lynch regresa con “Sweetheart”, su nuevo sencillo de energía contenida pero profundamente conmovedora. Se trata del último adelanto antes del lanzamiento de su próximo EP, previsto para septiembre, y es, también, una muestra de la sensibilidad aguda con la que Avery aborda el amor y sus cicatrices.
Sostenida por una cálida guitarra acústica y la delicadeza de una voz que no teme mostrarse vulnerable, “Sweetheart” es una meditación agridulce sobre cómo las relaciones tóxicas pueden distorsionar nuestra noción del afecto. Con armonías entretejidas con sutileza y un lirismo dolorosamente lúcido, Avery reflexiona sobre el arduo camino de desaprender lo que creíamos normal y abrirnos, con temor y asombro, a lo que realmente significa ser querido.
“‘Sweetheart’ reflexiona sobre los primeros días de mi relación y lo rápido que me di cuenta de que lo que había aceptado en el pasado no era amor”, confiesa Avery. “Recuerdo la sorpresa, y también la vergüenza, al ver que alguien me hacía preguntas de seguimiento, me acompañaba a casa y, simplemente, quería estar conmigo. Fue revelador darme cuenta de que eso también era posible”. La canción nació junto a su pareja, Jordan, y su amiga cercana Neisha Grace. Más tarde, producirla con Jordan se sintió —según dice— como cerrar un ciclo emocional.
Desde su infancia en Pensilvania, cuando empezó a componer piezas para piano a los siete años, hasta su consolidación como artista en Los Ángeles, el recorrido de Avery ha estado marcado por la intimidad emocional. Su sonido, definido por exuberantes arreglos de piano y una voz tan suave como sincera, parte siempre del mismo lugar: ella, sentada al piano, transformando vivencias en bocetos sonoros que luego pule con sus colaboradores más cercanos.
Apodada por algunos como “una chica feliz llena de canciones tristes”, Avery ha construido un universo musical donde la melancolía convive con una luz tenue, pero persistente. Inspirada por su entorno y por las historias que la atraviesan, su obra ha sido celebrada por medios como Ones To Watch y EARMILK. Con más de 400 millones de reproducciones a sus espaldas y una comunidad de oyentes que no deja de crecer, Avery Lynch sigue demostrando que la emoción, cuando se canta con honestidad, puede ser el lenguaje más poderoso de todos.
