Sam Varga regresa con su conmovedor nuevo sencillo, “Long Way Back”, una canción cruda y reflexiva que se adentra en el naufragio emocional de permanecer demasiado tiempo en el lugar equivocado.
“Long Way Back” combina la honestidad emo de Sam con texturas americanas depuradas, incluyendo un toque de mandolina, que profundizan la carga introspectiva de la canción. Es una historia de desamor contada en retrospectiva, donde la claridad solo llega cuando ya estás perdido.

“Estuve con alguien especial durante mucho tiempo, pero en el fondo, siempre supe que no estaba bien”, comparte. Un día, te despiertas desdichado, preguntándote cómo llegaste ahí. Creo que todos hemos pasado por algo que sabíamos que no era para nosotros. Cuanto más tiempo te quedas, más difícil es irse y más tardas en encontrar el camino de vuelta. Es como perder la salida en la autopista y verla desaparecer por el retrovisor, alejándose cada vez más. Al final, tienes que arrancar para salvarte.
Sam Varga es un artista residente en Nashville que fusiona sus raíces emo con la garra sureña y el soul de cantautor. Originario de Louisville, Kentucky, se formó en la escena emo DIY de la ciudad, curtiéndose con guitarras a todo volumen, conciertos en sótanos y el caos nocturno. En casa, sus padres llenaron la casa de rock de los 80, clásicos del sur y letristas clásicos, lo que le proporcionó una rica base musical que sentó las bases de su sonido que desdibuja los géneros. Esa mezcla de energía punk pura y narrativa emotiva constituye la columna vertebral de su sonido, a medio camino entre el country alternativo y el rock, entrelazada con texturas acústicas e instrumentación dinámica.
Su álbum debut de 2024, Shadow Work, se abrió paso en los límites emotivos del mundo country, donde convergen las guitarras de acero, los golpes viscerales y el espíritu punk. Ahora, con “Long Way Back”, Sam Varga lleva ese sonido aún más lejos, profundizando en el country alternativo sin perder la vulnerabilidad y la urgencia que distinguen su música.
Adictiva, aguda y consciente de sí misma, la música de Sam es emocionalmente pura, autocrítica e inquebrantablemente humana. Ya sea que desentrañe el miedo existencial o ofrezca una esperanza ganada con esfuerzo, sus canciones están hechas para viajes largos, espirales post-fiesta y esos momentos fugaces en los que simplemente necesitas que todo tenga sentido por unos minutos.