Vasoline Tuner, una banda del sur de California, es conocida por su combinación única de garage, alternativa, psicodélico, punk y más. Su sonido es diverso y contundente, mostrando un enfoque dinámico de la música.
El último álbum de la banda, “Cancelled Crystal Balls”, es una obra maestra caleidoscópica que incluye nueve canciones originales. Este lanzamiento es aventurero y emocionante, con voces vanguardistas que se elevan sobre un fondo de guitarras borrosas, una estética de producción de baja fidelidad y opciones de arreglos poco convencionales que hacen que las canciones se parezcan aún más a una montaña rusa con giros y vueltas impredecibles.
Entre estos está la canción se caracteriza por baterías de ritmo rápido y guitarras altísimas que atraviesan la mezcla. Efectos de eco de inspiración vintage y un tono saturado impulsado que se siente como un viejo amplificador combinado llevado al límite absoluto adornan la canción. Las voces están igualmente comprimidas y saturadas, y recuerdan a un viejo disco de garaje de los años 60, pero con un poco más de claridad y profundidad.
“Bake Baby Bake” es una melodía alternativa de ritmo rápido en esencia, pero también tiene mucha textura y dinámica, y muestra un aura psicodélica que la hace más inmersiva. El tema y el concepto de la canción coinciden con el toque surrealista del punk psicodélico: la letra trata sobre alguien irrumpiendo en una tienda para drogarse.
Esta pista es, en última instancia, una gran representación del sonido de “Cancelled Crystal Balls” y revela el enfoque imaginativo e intuitivo de la banda hacia la música en general.